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La vegetación es la responsable del colorido, y en esta zona, a excepción de las desnudas cimas, una espesa cobertura forestal, y un sotobosque de arbustos o herbáceo cubre el suelo, proporcionando al panorama montañoso el mejor de sus atractivos.
En esta riquísima masa forestal, el pino albar muestra su indiscutible soberanía sobre pinos de negral, hayas, robles, abedules y demás especies arbóreas. Donde la densidad del pinar es menor aparecen sabinas, brezos, biércol y gayuba, y ya en menor cantidad, lavándulas, tomillos y helechos, especies que impiden la erosión del terreno y además constituyen un excelente forraje para los animales.
En otoño el bosque amplía su gama de colores mezclando con el verde y perenne pinar los colores anaranjados, amarillos de las hojas de las hayas provocando un auténtico espectáculo visual que merece la pena conocer. Como diría A. Machado “Quién ha visto sin temblar un hayedo en el pinar”
En la zona conocida como Tejeros podemos disfrutar de majestuosos pinos centenarios.
La fauna silvestre que alberga estos montes es muy diversa, y se ha producido un espectacular aumento del censo de algunas especies a partir de la creación de la Reserva Regional de Caza en 1973, dándose gran cantidad de ciervos, corzos y jabalíes. Abunda también el zorro, el tejón y el gato montés, así como animales más pequeños como ardillas, conejos, comadrejas, ginetas, erizos o liebres…
Entre los peces destacamos la trucha común, la trucha arco iris y el barbo. Su pesca está regulada existiendo tres modalidades: Tramo libre, Veda total y Acotado.
En cuanto a las aves son muy numerosas y están representadas con múltiples especies desde rapaces a pájaros más pequeños. Destacan entre las primeras el águila real, el buitre común, el milano real..., entre otras. Los bosques están animados por una gran diversidad de aves de agua, como son la garza real, el ánade real o la lavandera blanca, aves de monte como el herrerillo, carbonero garrapinos, ruiseñor o picapinos entre otros; además de aves que comparten el hábitat humano como el gorrión, la golondrina o la cigüeña. Destaca también la paloma torcaz como especie cinegética, que atraviesa estas tierras en su línea migratoria en primavera y otoño.
La importante población de aves silvestres ha llevado a la declaración de este espacio como Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA), siguiendo la Directiva Comunitaria.